Los productores hicieron a un lado los programas oficiales y financiaron la cosecha con capital propio o anticipo de bodegas

Por primera vez las líneas de financiamiento oficiales fueron dejadas de lado. Quejas de los productores porque no estuvieron a tiempo.

Los viñateros eligieron otras formas de financiar la cosecha y el acarreo.
Los viñateros eligieron otras formas de financiar la cosecha y el acarreo.

Por primera vez los programas oficiales para financiar la cosecha y el acarreo no tuvieron eco y los viñateros eligieron acudir a sus reservas o aprovechar algún anticipo de lo que ofrecían las bodegas.

hubo quejas que en la línea de financiamiento como la que implementó el Fondo de la Transformación y el Crecimiento, se puso en marcha tarde.

“La cosecha empieza con algunas variedades en enero, si vos pones a mediados de marzo una línea de financiamiento para cosecha y acarreo, ya es tarde” ,dijo Eduardo Córdoba, presidente de la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM).

En el caso de los créditos por medio de entidades bancarias, directamente no fue una opción. Las tasas de interés los volvían prácticamente imposibles. Es más, esa fue la decisión de la mayor empresa vitivinícola del país, Fecovita, que eligió utilizar capital propio para financiar la cosecha de unos 5.000 productores, antes que tomar un préstamo del banco, como era la costumbre.

La contracara es San Juan, que desde febrero a estos días, asistió a los productores y bodegueros con poco más de 2.200 millones de pesos sobre $4.000 millones que el estaban disponibles.

el dinero que no tomaron los actores vitivinícolas, el Gobierno sanjuanino dispuso que serán destinados a financiar a los productores olivícolas.

El Fondo

El Fondo de la Transformación y Crecimiento (FTyC) tiene vigente hasta el 26 de abril una línea crediticia para cosecha y acarreo destinada a productores de hasta 20 hectáreas. El Ente oficial financia hasta un máximo de $3.500 por quintal en el caso de la uva común y si es varietal el monto se eleva a $4.500 por quintal.

La tasa de interés a aplicar es del 59% y la devolución del préstamo es en dos cuotas con vencimiento el 15 de noviembre de este año y el 15 de enero de 2025.

Esa línea está disponible pero no fueron muchos los que lo tomaron. Probablemente arrancaron un poco tarde (por el FTyC) más todas las exigencias de papelerío, hizo que no fueran muchos los productores que tomaran esos créditos”, comentó Eduardo Córdoba.

“La cosecha empieza en enero, con algunas variedades, si lo ponés disponible a mediados de marzo es medio tarde. Cuando la uva empieza a madurar tenés que cosechar si o si y después hay que pagar todos los viernes la cosecha y una parte del flete. Esa es la realidad”, agregó el dirigente rural.

Según comentó el presidente de la Asociación de Viñateros de Mendoza, los productores optaron por emplear capital propio para hacer frente a la cosecha y también estuvo la posibilidad de que " algunas bodegas te dieran un anticipo, si están interesados según la variedad, lo que más o menos te permite darte vuelta. No todas las bodegas lo hacen pero una gran mayoría si porque se aseguran que les lleven la uva”, explicó.

En el caso de la opción bancaria “generalmente el Banco Nación pone líneas para cosecha y acarreo, pero ahí hay que analizar cuál es la tasa. Estamos tan apretados entre costos y valores de compra (de uva), que si te metes con el banco después pasa a ser el socio mayoritario”, dijo Córdoba.

Mauro Sosa, del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este sostuvo que “de los instrumentos financieros que dispuso el Gobierno, básicamente fueron dos, los créditos de cosecha y acarreo por el Fondo de Transformación, que tenía sus condiciones, requisitos y condicionamientos, por ejemplo, no es para productores mayores 20 hectáreas cosa que nosotros siempre hemos cuestionado, y el otro era el adelanto para cosecha a través de Mendoza Fiduciaria. Ha sido muy pero muy baja la demanda de esos créditos”, dijo.

Sosa enumero distintas alternativas crediticias que estaban dando vueltas en el mercado financiero, en particular los banco, y que no atrajeron a los productores, en cuento “a lo que la provincia ofreció, hubo muy poca recepción”.

Este diario intentó dialogar con autoridades del FTyC, pero no tuvo respuesta.

Con capital propio

Fecovita eligió hacer a un costado el financiamiento de los banco, se metió la mano al bolsillo y salió a solventar la cosecha y el traslado del producto de unos 5.000 viñateros asociados con capital propio. La decisión estuvo motivada en la poca conveniencia de las tasas de interés de los bancos.

Hasta llegar a ese punto, Fecovita tuvo un largo peregrinar en el 2023 que comenzó cuando el Banco Nación rechazó la carpeta y con ello la posibilidad de otorgarle un crédito por 7.000 millones de pesos, aproximadamente. Hubo Batallas de todo tipo, incluida las judiciales, hasta que el Ministerio de la Producción hizo de mediador y, ya con un nuevo directorio en el banco estatal, la relaciones se encaminaron nuevamente.

Pese a que el BNA estaba dispuesto a financiar la cosecha y también bancos privados, finalmente “Fecovita ofreció a sus productores la posibilidad de recibir un pago anticipado de $250 por litro de mosto y esto permitió que los productores tuvieran el dinero para poder hacer frente a los costos de cosecha y acarreo”, explicó Agustín Ortiz Maldona.

“Esto se hizo con fondos propios y preventa de productos en el exterior por un total de $6.500 millones, para poder levantar 2.500.000 de quintales. Teníamos disponibles créditos del BNA y otros bancos, pero se prefirió no tomarlos por el costo financiero”, dijo el integrante de Fecovita.

Nadie lo tomó

Mendoza Fiduciaria puso en marcha una línea de asistencia para anticipo de cosecha que se presentó como un fideicomiso que estaba destinado a la compra de uva, con el objetivo de estabilizar los precios de los productos destinados a la elaboración de mosto. Había disponibles unos 2.500 millones de pesos.

Según explicó Hernán Norando, gerente general de Mendoza Fiduciaria, pasó prácticamente inadvertido y a la fecha se inscribieron dos bodegas.

“Lo que pasó es que no se escribieron muchos productores, ni bodegas. Sabíamos que no iba a ser algo importante porque lo que hicimos un poco es tratar de poner un precio (a la uva) que tenga cierto beneficio para que el productor pueda mejorar su negociación con la con las bodegas. No hubo mucha aceptación”, le dijo a Los Andes.

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